martes, 19 de junio de 2012

Don Orione y el P. Vaccari, sj.: dos amigos con un mismo ideal


En su carta “La única cosa necesaria”, el P. Flavio cuenta un hermosa historia sobre la amistad y estima mutua entre Don Orione y el famoso biblista, P. Alberto Vaccari, sj.

Pensando en una actualización de Marta y a Maria me viene a la mente cuanto ha contado recientemente el card. Ángel Sodano de Don Orione y Padre Vaccari. 

Cardenal Angelo Sodano
“Me preparaba a la licenciatura en teología a Roma, cerca de la pontificia Universidad Gregoriana. Era la primavera del 1952 y visité al Padre Vaccari S.J, conocido biblista sobre cuyos textos muchos de nosotros estábamos estudiando. Ya anciano, él me habló con mucha nostalgia de la tierra de la que provino, la Diócesis de Tortona en Piamonte. El discurso se desplazó luego sobre otra grande figura de su tierra, Don Orione , ahora San Luis Orione, concluyendo finalmente así: “Ese sí que ha hecho el bien, él sí que ha servido de veras a la Iglesia de hoy. En cambio yo he tenido que siempre trabajar entre los papeles, con el hebreo, el griego y el latino sin el contacto directo con los fieles”

P. Vaccari con el Papa Juan XXIII

Sus palabras me golpearon - continúa el card. Sodano - porque poco antes yo había leído en la vida de Don Orione que el Santo de Tortona había dicho, hablando de su coterráneo y amigo: "Cuanto bien puede hacer el p. Vaccari con su enseñanza en el Pontificio Instituto Bíblico. Cuántos pueden así conocer mejor la Palabra de Dios y vivirla. Yo, en cambio, tengo que ocuparme cada día de cosas bien más prácticas, al servicio de muchos chicos y muchos pobres!”.[1] Qué grandes y santos estos dos curas que a veinte años, suscribieron con la sangre una competición a “1° Quien habrá salvado más almas en causa primera; 2° Quién será más santo”. Ambos, de diversa manera, estaban concentrados y enclavados sobre “la única cosa necesaria”: Jesús.[2]

Don Orione en el Colegio "San Filippo" (Roma)


Si desea leer, la carta del P. Flavio, clicar:


[1] L'Osservatore Romano, 3.12.2005, p. 5.
[2]Ya en otras oportunidades les he dicho – don Orione hablaba a sus clérigos – que para amar de verdad el Señor, la Virgen, las cosas santas, la Iglesia, es necesario hacerse una idea fija... Nosotros debemos estar centrados únicamente en el amor y la gloria de Dios y de la Virgen Santísima y la salvación de las almas... ¿Cuál era la actitud de la Virgen hacia Jesús? Ustedes lo saben: ¡no vivía sino para Él! No hablaba que de Él y para Él, sufría y rezaba de buena gana por Él; diría pensaba lo que pensaba Jesús – si le fuese estado posible – tanto deseaba en su amor estar cerca en sus sentimientos, deseos y afectos a los de Jesús... vivir al unísono, en todo, con Jesús” Que linda exégesis de la “única cosa necesaria” de Lc 10,42; in Sui passi di Don Orione, p. 88.

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