martes, 29 de abril de 2014

El estilo misionero de Don Orione y sus primeros hijos en Argentina



       Don Orione y sus hijos tuvieron que dar una respuesta ante la nueva realidad que encontraban en nuestro país. Su modo de vivir el evangelio debía encarnarse y traducirse en opciones pastorales concretas.


La elección de ir a lugares de fronteras o a las periferias, en palabras del Papa Francisco, fue una de las opciones de Don Orione y sus primeros misioneros. Vivir y trabajar en lugares difíciles por la geografía o la realidad: barrios pobres, zonas anticlericales, comunidades en zonas rurales, las periferias de las grandes ciudades, etc.  

Muchos de estos lugares tenían una gran impronta misionera: crear comunidades, comenzar de cero, formar a la gente; y al mismo tiempo dar una respuesta caritativa a las necesidades del lugar y de la Iglesia de entonces. 

La primera casa de la congregación fue la capilla “NS de la Guardia” en Victoria (1922): una capilla abandonada, sin cura pastoral, casi sin comunidad y en medio de un barrio socialista y anticlerical. “Una de las razones por la que prefería a Victoria a otros lugares bajo varios aspectos mejores, fue precisamente porque éste se me describió como un pueblo completamente abandonado”. (Testimonio del P. Dutto)



La capellanía de un reformatorio estatal en Marcos Paz (1922), donde los primeros misioneros desarrollaron una heroica tarea de acompañamiento y cuidado espiritual de los jóvenes internos, pese a las trabas impuestas por las autoridades del instituto. Un “verdadero infierno” según los testimonios: “…un panorama totalmente descorazonador. Por si fuera poco, del pabellón de los más chiquitos, que en un tiempo rezaban el rosario todas las noches, ayer hubo sólo 12 dispuestos a confesarse. Los otros, dicen los compañeros, han renegado de la fe, rompiendo crucifijos y medallas (no todos, seamos justos) y han vuelto al paganismo” (Testimonio del P. Dutto).



La Sagrada Familia del puerto de Mar del Plata (1924) fue la segunda parroquia de la ciudad. Un barrio pobre de inmigrantes italianos de quien nadie se ocupaba. Allí se hizo un gran trabajo de cuidado pastoral, educación y caridad: "En su primer viaje Don Orione llegó a Mar del Plata. Vino especialmente a visitar la colonia de pescadores formada en torno al puerto. Abandonados por todos, hoscos y hostiles a cuanto allí llegaba, los pobres pescadores arrastraban un vivir indigno de su condición humana”. (Discurso del Dr. Rómulo Garona Carbia).




El Post-escuela y capilla de Nueva Pompeya (1927) era una zona de anarquistas que pocos años antes había sido uno de los focos de la Semana Trágica y cerca del basural, “La Quema”: “Es un post-escuela y un gran Oratorio Festivo, y ahora, desde 1933, también es una Parroquia con cerca de 30.000 habitantes (…) Es necesario pensar estamos en un ambiente obrero, donde predomina una moralidad muy poco moral y hay ideas de todo tipo religioso y político. Pero, gracias al Señor, se hace mucho bien y nos quieren mucho” (Carta del P. Dutto)




Durante esos años otras casas fueron surgiendo con el mismo estilo: lugares pobres, alejados y abandonados. 

El estilo pastoral adoptado por Don Orione y sus primeros hijos es un ejemplo de inculturización y celo pastoral, que refleja lo que el Papa Francisco pide hoy: ser “pastores con olor a oveja” capaces de “salir a las periferias”.


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